En una escuela interna un compañero de clases me dijo, que si nos subíamos al techo del dormitorio de las chicas podíamos verlas desnudas en la ducha. Pasamos tres noches viéndoles las tetas y el coñito de muchas de las chicas de la escuela, hasta que nos pillaron. Unas chicas que venia caminando hacia los dormitorios nos vieron en el techo y alertaron a la maestra de turno. Mi amigo fue mas listo que yo, bajándose del techo sin ser visto y dejando que la maestra me pillada a mi. Sin remedio me baje del techo y tuve que confesar lo que habia hecho. Allí mismo pase la vergüenza de que me obligara a desnudarme. «Quitatelo todo» me decía mientras recogía my ropa y la amontonaba el piso. «Ahora sabrás lo que se siente que a uno lo vean desnudo» y arrastrandome por una oreja me humilló paseandome por el pasillo del dormitorio de las chicas. Me dio tanta vergüenza que de me pasera desnudo por un pasillo lleno de chicas, que lo único que se me ocurría era mirar el piso, ver como se me endurecía el pene y escuchar risas por todo el camino. Esas noche perdí toda mi dignidad y humillado con el peor castigo de toda mi vida. Pase todo el resto del curso con chicas diciéndome que me veía mejor desnudo que vestido y pasándome en clases papelitos con dibujitos de pene. De la noche a la mañana me convertí en el chico mas avergonzado de toda la escuela.
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La confesion de Sandra me impulsa a confesar las verguenzas que me hacia pasar my madre. Ella tambien usaba la desnudez forzada como castigo por reusar hacer tareas domesticas. Recuerdo que una ves se enfurecio tanto conmigo que me hizo colgar la ropa lavada en el patio tracero completamente desnuda, sin impotarle que vivian dos chicos a la casa de al lado. Recuerdo que mientras la colgaba miraba para todos lados pesando que alguie me esta viendo. Yo tenia 15 años y estar desnuda fuera de la casa me daba una verguenza horrible. Pues dias despues me encontre con esos chicos en un parque cercano a mi casa. Estaba con mis amigas cuando esos chicos delante de mis amigas me dijeron que tenia un culito y coñito muy lindo. Recuerdo que se me puso la cara roja cuando mis amigas me preguntaron si era verdad. Tuve que mentir para conservar mi dignidad.