En ese momento era mi novio, estaba prestando servicio militar obligatorio y era el final de su tercera licencia… Como siempre sus padres, hermano y yo lo acompañamos al batallón, no lo vería en 4 o 5 meses como cada vez que se tenía que ir, pero esta vez sería diferente, pasaría diciembre allí y era mi cumpleaños y nuestro aniversario y yo estaría SOLA… siempre he sido la más ganosa de los dos y la que lo orillaba a cometer demasiadas locuras en cuanto a sexo se refiere, así que no aguanté y le dije que tenía demasiadas ganas de comérmelo, fue demasiado difícil convencerlo ya que temía que sus malditos «superiores» nos vieran, pero yo sabía como excitarlo a tal punto de que accediera a mis peticiones, nos fuimos para un baño y fue delicioso, rápido pero exquisito, sus padres sabían los alcances de su nuera y aunque jamás me lo decían yo era consciente de que ellos sabían que era yo la que orillaba a su hijo a hacer muchísimas locuras, ellos supieron disculparlo cuando lo llamaron a formación… le dejé un mordisco en el cuello de tal magnitud que entre sus amigos de batallón quedé como la vampira insaciable de su «lanza».
