Con mi novio llevamos poco más de 1 año, siempre me atrajo sexualmente, es muy alto y fuerte, yo tengo 18 y el 23, yo era virgen antes de conocerlo, la verdad empezamos a tener sexo muy muy pronto, nuestra primera vez fue algo torpe pero las demás veces han sido muy placenteras, el tiene un miembro grande y bastante grueso, de unos 17 o 18cm, yo soy muy pequeña y de senos grandes. El siempre hace conmigo en la cama lo que le da la gana, al principio debo confesar que no me sentía del todo segura con lo que él me proponía hacer, pero cuando lo estamos haciendo me sie to tan caliente que quiero que el me trate como toda una puta, el llega incluso a ser agresivo durante el sexo, me ha dejado marcada las manos y el cuello de lo fuerte que me agarra cuando se va a venir dentro de mí, me enloquece durante el sexo, le encanta tratarme y decirme como se le da la gana, le encanta que grite tan fuerte que los vecinos incluso han llegado a pedirnos que por favor seamos más discretos, pero a él le encanta que sepan lo fuerte y duro que me coje, me encanta cuando se viene en mi boca o en mi culo, cuando me masturba en el cine o me hace masturbarme en el carro mientras el maneja, tenemos sexo cada vez que viene a verme. Que es casi a diario y cuando no puede verme, me llama para verme masturbarme incluso cuando el está en el trabajo.
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Mi novio le gusta que me pasee desnuda por toda la casa con las cortinas de las ventanas abiertas. La idea de que los vecinos me vean sin ropa lo excita mucho. A mi me da mucha verguenza, pero es una verguenza deliciosa. Yo lo hago porque en el fondo me excita que extraños me vean encuerada y se lo he confesado. Un dia me pidio que le sirviera una copa de vino y cuando sali de la cocina, me lo encontre sentado en la sala con su amigo. Pues con una copa en la mano y completa desnuda me quede congelada de la verguenza. Recuerdo que los pezone se me pusieron como piedra, mientra veia los ojos de su amigo clavados en mi coño y no se porque no me tape. Me perecio ridiculo hacerlo ya que lo visto, visto estaba. Fue la experiencia mas erotica y humillante de mi vida y tan sexualmente excitante, que casi estuve a punto del orgasmo. Aquel dia descubri que la humillacion pude ser una forma poderosa de placer sexual.
