Dicen que cuando un hombre empieza a experimentar su sexualidad, lo hace con las figuras femeninas de la casa… Y yo no fui la excepción. Hace años mi hermana mayor, Adriana, tenía un cuerpo delgado, con pechos de tamaño normal y un culo para morir afixiado por él… No era el mejor cuerpo del mundo, pero estaba muy bien.
Siempre fuimos muy unidos, ella es mayor por 6 años. Y mi atracción hacia ella empezó cuando yo tenía 13 años, veíamos películas en mi habitación y cuando tenía una erección no lo escondía para ver si ella la notaba, sé que veía mi verga dura, pero nunca me dijo nada, tal vez lo consideraba normal.
Una vez, en mi cama, estábamos jugando y me puse sobre ella y mi pene quedó justo entre sus enormes nalgas, instintivamente moví mi pelvis hacia atrás y adelante como si la estuviera follando, tampoco dijo nada.
Hasta ahí supe que estaba mal y que debía parar… Hasta que un día, en la cocina y con mis padres en la sala, arrimó su boca a mi oído y me dijo con un susurro «se me mete el pantalón, es que no traigo calzones»… Puta, sólo me reí nerviosamente, pero por dentro estaba calientisimo… Esa noche me la jalé de lo lindo, y yo quería más.
Los sábados casi siempre nos quedábamos solos durante la mañana… Y ella siempre tomaba la ducha después del desayuno, así que esperé a estar solos, y cuando escuché que entró al baño, tomé un espejo y subí las escaleras con mucho cuidado de no hacer ruido. Había una leve separación entre el piso y la puerta, así que la aproveché para ver con mi espejo… La imagen fue gloriosa, unos pechos firmes con pezones pequeños y de color café, unas piernas largas acompañadas de dos grandes nalgas… Y ahí, Adriana completamente desnuda, enjabonando su cuerpo y tocando cada parte… Me faltó poco para atravesar el piso con la erección que me cargaba. Esa no fue la última vez que hice eso…
Pero la que más recuerdo, fue el día que la vi depilandose la zona V… No me la he vuelto a jalar como ese día, el placer que sentí fue indescriptible.
Desafortunadamente no pude pasar de masturbarme con su ropa interior y verla mientras se duchaba… Pero definitivamente lamer sus calzones, aún tibios y con fluidos, es lo más cerdo que he hecho, era delicioso.
Y saben qué? No me arrepiento y lo volvería a hacer, algunos lo ven mal y otros lo ven normal… Yo lo veo como algo normal, y aún me la sigo jalando mientras recuerdo esos días.
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Yo tengo una prima que es la que me enseñó todo sobre el sexo, ella tenía 19 años y yo 15 cuando me quito la virginidad, siempre le decía a mis papás que ella me cuidaba si salían o siempre me llevaba a sus fiestas pero al final de la noche terminabamos cogiendo en el asiento trasero de su coche, tanto así que ya en cierto momento lo hacíamos sin condón y me obligaba a venirme adentro de ella porque usaba anticonceptivos, en una ocasión de tantas que lo hicimos en su coche, alguien nos descubrió y amenazó con contarle a nuestros papás pero me gaste mis ahorros y evite el problema, después de eso ella se ponía muy intensa y me decía que fuéramos a algún lugar público a hacerlo, sinceramente creo que era una ninfómana pero a pesar de su hambre de sexo jamás lo hizo con algún otro hombre, es algo que le puedo reconocer.
Fuimos amantes durante casi 4 años hasta que terminó su carrera universitaria, ya en ese punto me decía que quería tener un hijo mío pero afortunadamente consiguió un buen trabajo en otra ciudad y se fue a vivir allá, siempre me decía que me fuera a vivir con ella y que me pagaba la carrera en alguna universidad de allá, yo mejor me aleje pero no niego que fueron buenos tiempos.