Yo tenia 21 años cuando me aceptaron en la univercidad. Fue la primera ves que estaba lejos de mi familia y del pueblo donde pase todos mi años de juventud. Alli deje mis padres, que no estaban de acuerdo con mi desicion y uno novio que probablemente se convertiria en marido. Pero yo queria mas que una vida pueblerina y un afan por convertime en enfermera en jn gran hospital. Le tenia todo planeado; alquilar un sitio donde vivir, conseguir un empleo antes que se me acabara el dinero y anciosa de cara a mi primer curso univercitario. Pero el empleo duro poco y el acabe con dos meses de atrazo de alquiler y casaro tocandome la puerta. Recuerdo venia todas las semanas a cobrar y yo como una loca buscando empleo con premesas de ponerme al dia con el pago de alquiler. Recuerdo que un dia me dijo que habian otras formas de pago fijamente mirando el escote que llevaba. No podia estar mas claro que se referia a sexo, añadiendo descaradamente que tenia buen cuerpo. Pense en mis padres, pense en el novio que habia dejado, pense en el fracaso de volver al pueblo y pense en el sexo que solucionaria mi problema y creo que me autoconvenci con la proposicion. Despues de todo no era virgen habia tenido varias relaciones sexuales y una mas no seria deferente. Recuerdo que le envie un texto que llegaba de la univercidad a las cuatro. No podia ser mas claro que estaba dispuesta y llego y poco despues. Recuerdo que me dio mucha verguenza que me hicira desnudar delante de el. Me miraba de arriba a bajo con los ojos fijodos en mi coño cuando se saco el pene y me dijo que me arrodillara entre sus piernas. Lo tenia tan duro y gruezo que casi no me cabia en la boca. Recuerdo que con sus dos manos sobre mi cabeza me lo empujaba hasta la garganta. Se lo estuve chupando un buen rato hasta que me acosto sobre el borde de la cama, me abrio el coño y con un dedo metido en el culo, me la chupo como n animal. A mi nunca me habian metido nada por ahi, pero me sentia tan llena que me daba verguenza que viera que me gustaba. Pensaba que si asi pagaba el alquile valia la pena seguirlo haciendo. Yo sabia que los hombres casados no hacia esas cosas sucias con sus esposas, pero a a mi cuanto mas sucio me lo hacia mas me gustaba. Y es que las esposas no saben lo que disfrutan las putas.
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La esposa de mi primo me invito a su casa para la fiesta de año nuevo. Mi primo le habia dicho que me llamara porque sabia que estaba solo. Esa noche celebramos la despedida de año con un matrimonio que vivian cerca. Yo me sentia un poco fuera de lugar a principio porque no tenia tenia pareja. Esas noche estuvimos tomando champan hasta altas horas de la noche. Recuerdo que eran casi las dos de la madrugada cuando la pareja se fueron caminado a su casa y mi primo me sugirio que pasara la noche en su casa. «No son horas de conducir bevido» me dijo y recuerdo que su esposa me mostro la habitacion de invitados y poco despues nos fuimos a dormir. Non se la hora que era cuando su esposa entro a mi habitacion en un camison casi transparente, lo dejo caer al suelo. Las tetas las tenia firmes, estaba totalmente afeitada y desde la cama podia claramente verle sus labios vaginales. No podia creer que estuviera completamente desnuda delante de mi, preguntando si hacia mucho tiempo que no lo hacia. Para colmos me decia que no me preocupar porque le habia mezclado pastillas de dormir en la bevida. Recuerdo que a falta de pijama lo unico que me cubria era la sabana y su mano sobre mi pene. Recuerdo que de un tiron me la quito, me mo puso mas duro que un palo, se sento sobre mi cara diciendome «chupamela que luego te lo mamo. El coño lo tenia mojado y aunque sabia que estaba mal, su flujo me era delicioso. Tenia la cara empapada y no pude contener agarrarla por las nalgas y comerselo como un desesperado. No hacia mas que mover las caderas y decirme que me metira la lengua. Era mayor que yo, pero bella fogoza y caliente como una zorra. No se cuantas veces se vino so se que me saco hssta la ultima gota de leche y se lo trago todo. La mañana siguente fue muy incomoda para mi y no se como pude disimular cuando me fui a casa.