Fue mi primer novio, cada uno hizo su vida, hoy cada uno tiene 1 hijo. En los últimos 2 años yo terminé mi relación de 10 años, y él inició su proceso de divorcio. Hace unos meses hablamos por whatsapp, hacemos sexting e imaginamos teniendo sexo rico. Hace unos días él viajó a mi ciudad, almorzamos y quedamos desparchados, los 2 queriamos lo mismo pero no nos atreviamos a decirlo, en mi casa no se podía porque estaba mi familia y nunca he ido a motel; finalmente fuimos a cine, no importó la película, entramos a cualquier sala, eramos los únicos, película infantil, no recuerdo verla, apenas entramos empezamos a besarnos apasionadamente, él me abrazaba con fuerza, con algo de timidez me tocaba los senos, mientras tanto yo le besaba el cuello, las orejas, le tomaba con fuerza la cabeza, mis manos bajaron y sobre el pantalón empecé a acariciarle su pene, estaba muy duro, delicioso, quería tenerlo dentro, él se recostó y yo sobre él, empezó la "bluyineada", gemidos van y vienen y respiración fuera de control, pero no era el lugar, yo quería darlo todo comodamente, salimos y él ya debía viajar, quedando con unas ganas enormes para la siguiente visita. Quince días después regresó, desayunamos juntos, queriendo más privacidad para besarlo mucho lo invité al apartamento de mi jefe que está desocupado, pues el mío está en remodelación, accedió y entramos a verlo, en la ventana empezó a besarme, lo anhelabamos mucho, dimos pasos hacía atrás acercándonos a la pared, seguiamos besándonos y tomé la iniciativa sacando la camisa muy bien vestida, él continúo desvistiendome y yo lo desnudé, sobre el piso laminado se recostó, le ayudé con el condon y quedé arriba, posición que me encanta, una delicia tenerlo dentro, lo besaba y le meneaba mi cola, él decía que eran muchos años deseando ese momento, estabamos felices; cambiamos posición muchas veces, mis piernas van a sus hombros, él entraba y salía encantado y por primera vez se vino, se veía su placer, un pequeño receso y continuamos con el segundo, quedó fascinado con mis senos blancos, pezón erguido, y mi cuerpo solo para él, recuerdo el encuentro mi vagina empieza a sentir el pulso acelerado e inevitablemente me mojo. Nos despedimos con el compromiso de aprovechar la próxima vez en una superficie más blanda.
17 años esperando y un apartamento desocupado
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