El otro dìa estaba sentado en el suelo viento tv, mientras mi esposa acomodaba una ropa al otro lado de la sala. Hacìa un calor terrible y mi esposa llevaba un pantalòn muy corto con una blusa escotada; sudaba. Su cuello se notaba mojado y algo rojo. Mi vista se deslizò por aquel escote con toda la inteciòn, estaba duro. Sin darme cuenta me estaba tocando y ella lo notò, se le escapò una sonrisa pìcara asì que desabotonè mi pantalòn y dejè que viera lo duro que estaba. Ella mordiò sus labios y caminò hacia mì, se paro justo de frente y se bajò el pantalòn, su vagina ya estaba muy hùmeda, podìa notarlo a travès de sus pantys color azul oscuro. Se acomodò encima de mì y muy lentamente puso su vagina en mi boca, estaba tibia y muy mojada. Metì mi lengua dentro de ella mientras apretaba sus nalgas, ese sabor, ese olor hacìan que no aguantara las ganas de metèrselo. Pasaba mi lengua por su clìtoris, lo succionaba y ella reaccionaba de inmediato con un suspiro. Me dijo "mètemelo" y se sentò encima de mi mientras me besaba, la tomè del pelo y llevè su cabeza hacia atràs para morder su cuello, estaba tan sudada. Su cuerpo resbalaba, sus tetas se sentìan increìblemente bien contra mi pecho, me encantaba ver como se movìan mientras ella brincaba encima de mì. La costè en el sofà y abrì sus piernas metì mi pene lentamente y lugo comenzè a hacerlo ràpido y fuerte, ella apretaba sus tetas, metìa los dedos en su boca para humedecerlos y luego los pasaba por sus pezones. Cuando estaba a punto de venirme me pidiò que lo hiera en sus tetas, asì que me vine mientras ella las apretaba contra mi pene hacièndolo màs exitante aùn.