Lincy Acosta

Desde los 7 Parte 4

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Anonymous
May 19, 2017 06:04 PM 0 Answers
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Una de mis prendas favoritas desde que las descubrí: las panties. Desde pequeño siempre me llamaban la atención. Eran por completo distintas de las trusas o los bikinis de niño. De una textura más suave y de colores mucho más llamativos. No sabía por qué solo las niñas usaban de esas y nosotros no.

Las primeras panties que me atreví a usar eran por supuesto de mi madre. Mamá era joven, la diferencia entre nosotros es de pocos años. En ese tiempo, mi adolescencia, ella usaba prendas que me parecían bastante sexys. Por lo general bikinis de algodón, con adornos estampados varios. De corazones, flores, en fin. Había unas en especial, eran de un azul celeste que me encantaba, con encaje al frente y cerradas de atrás. Me ahormaban perfectas. Las usaba cada que tenia oportunidad, paseaba con ellas por mi cuarto solo por el gusto de vérmelas, de sentirlas, de saber que parecían compradas para mi.

Cuando las usaba con la falda negra wowww, me sentía increíble de bien, de satisfecho, de sexy. Creo que deseaba tener ese poder que existía en algún dibujo animado japonés, de cambiar de sexo con solo un deseo y poder lucir sin recato y sin culpa algunas de las ropas que tanto me gustaban y que creo eran las que mejor se me veían. Era frustrante tener que usarlas a escondidas. Cuidando que nadie se enterara porque...sería complicado de explicar.

¿Han fantaseado alguna vez con vivir, aunque sea un día, enfundado en el sexo opuesto? Pues eso me provocaban  las faldas y las panties, el soñar con salir a la calle y ser blanco de todas las miradas al lucir mis lindas piernas y mi traserito redondo. Tener que sentarme con las piernas juntas para no mostrar mi ropa interior de encaje azul y erguir la espalda para lucir más mis caderas. ¿Maravilloso cierto?

Pensaba en lo sensacional que sería vivir aunque sea una vez, el estar a merced de un chico, que sin miramientos metiera mano por debajo de la falda y deslizara de manera suave su mano por mi vulva, sintiendo la textura delicada del encaje y la humedad que emanara de el. Que alzara por los bordes la faldita y tomara, apretando con fuerza, mis nalguitas levantadas y...

Pero bueno, solo eran fantasías de adolescente. ¿Sería posible volverlas realdiad?

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