Lincy Acosta

Despechado uno se libera

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Anonymous
May 11, 2021 05:27 PM 0 Answers
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Había terminado una relación estable, hace pocos días. No entendía los motivos por los que ella me había terminado (creencias religiosas). Me hacía muchas preguntas al respecto y sentía menospreciado todos los momentos vividos, todas las experiencias (incluyendo los encuentros sexuales que tuvimos)
Desde muy joven, he sido activo sexualmente, por lo que luego de terminar dicha relación, tenía la sangre más caliente de lo normal. Supongo que uno se hace adicto al placer, y cuando se corta el flujo, el cuerpo pide más a gritos. Empecé a moverme en redes sociales, había una chica que reaccionaba a todo lo que yo publicaba, por lo que decidí escribirle y empezamos a hablar. La conversación fue muy voraz, físicamente es una flaca hermosa, 1.60 de estatura, de ojos negros, cabello negro corto, nariz fileña, de boca grande (es lo que más resalta en su rostro), se veían en fotos unas teticas pequeñas y unas nalguitas paraditas. En todas las fotos lucía atractiva o provocativa, tiene una carita infantil (18 añitos) pero en las fotos se le nota lo caliente.
La primera vez que nos encontramos, fue en un parque del norte de la ciudad, había un evento al que asistimos y luego conversamos por un par de horas en la oscuridad. Quizás por el pensamiento de mi relación anterior, no insinué nada más que un trato cordial. Cuando íbamos en mi motocicleta rumbo a su casa, ya para dejarla, me iba sobando el abdomen y yo pensando “ay, este huevito quiere sal”. -Las mujeres son muy cautelosas para enviar mensajes y los hombres ni nos damos cuenta a veces-. Sin embargo, como mencioné anteriormente quizás me sentía un poco emotivo por mi relación anterior así que dejé pasar ese primer contacto, y terminamos el día sin darnos ni un beso.
Seguimos hablando, y a los dos días la invité a almorzar al departamento donde vivo solo. Apenas entramos, le ofrecí jugo, y me la quedé viendo de frente. Le miraba sus labios, demostrándole con mis ojos el ansia, ella sonrío, me entregó el vaso y se inclinó un poco hacia a mí. Empezamos a besarnos. Que delicia sentir su boca, mandé mano de una a su culo. Tratando de levantarle el vestido de tela corto que traía puesto. Ella me quitaba la mano, mientras respiraba fuerte, se notaba que se hacía la difícil no más. Por que cuando le sujeté la mano contra su espalda, y le mandé la otra mano para masajear esas nalguitas, ella me empezó a apretar la espalda abrazándome.
La llevé a la habitación. (vivo en 5to piso, y la cama da directamente a las ventanas del cuarto, tenía las cortinas abiertas y no importó) la tiré en la cama y empecé a besarle el cuello, a lamerle las clavículas, a bajar con mi lengua hasta sus pezones, que ya estaban duros por la excitación, mientras hacía eso la masturbaba con mis dedos, y ella solo gemía entrecortada y se retorcía de placer. Definitivamente chupar esas téticas joviales, se sentía muy rico, las succionaba, las lamía, las mordisqueaba y ella más loca se ponía, cuando ya estaba extremadamente mojada, me bajé la cremallera, saqué mi verga depilada y brillante de mis propios fluidos, y la apunte a su vagina, la miré un segundo antes de metérsela y ella sólo cerró los ojos. Mi verga se iba deslizando en su apretada vagina, y se sentía un calor indescriptible. (He culiado muchas veces pero era la primera vez que una vagina se sentía tan caliente, la sentía hirviendo por dentro, quizás por la fricción de su vagina estrecha. Recuerdo la escena y se me para la verga de nuevo: Misionero, con la ventana abierta, sujetando sus muslos para clavarla más a fondo y controlándola, mientras ella gemia, se mordía los labios, contraía su vagina, jadeaba cuando yo la embestía rápido y ella arañándome la espalda hasta hacerme sangrar. Recuerdo que cuando le estaba dando rápido, ella se quejó, y le pregunté si estaba bien y me dijo “sí, es que me gusta duro” y yo le dije “ponte en 4 para darte así” y pareciera que fueran palabras mágicas porque de una vez se incorporó sobre la cama, se abrió de piernas, inclinó todo su cuerpo adelante y quedó servida “que rica vista” le dije, y ella se sonrió como una perra.
Empecé una lenta, convencida, y prolongada penetración, ahí en posición de perrito, sólo para que se fuera acostumbrando al tamaño de mi verga (me mide 20 Cms y es cabezona) cuando ya sentí que estaba chorreando, le empecé a dar durisimo, como un animal, con violencia y ella solo gritaba y jadeaba, no era capaz ni de hablar, le tenia ambas manos a la espalda y la mantenía así de perrito suspendida en el aire dándole verga como un demente. Ella me arañaba los antebrazos muy fuerte. Se corrió, en esa posición. Yo no me corrí, como no usamos protección, controlé la eyaculación, ya tengo experiencia en aguantar pero confieso que esta vez fue difícil en serio. La saqué cuando sentí el ya conocido cosquilleo en el tronco de la verga. Ella me preguntó ¿te viniste? Y yo: “todavía no, es temprano” y me encantó esa sonrisa que puso de pervertida.
Duramos cogiendo como 1 hora. Cuando nos cansamos, nos acostamos en la cama. Y como no me había llegado me la empezó a chupar, ahí fue cuando alcé la vista y vi la otra torre lejana, como desde el 5to piso una vecina nos miraba quien sabe desde cuando.

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