De hecho todo empezó como una venganza, mi ex me había sido infiel y yo sabía que le dolería en el alma que yo terminara follando con su mejor amigo, ambos sabíamos que él me tenía ganas así que no fue difícil hacerlo caer.
Cuando descubrí que mi ex me había sido infiel en demasiadas oportunidades llamé a su amigo y le dije que quería ir a su casa, a lo que él por supuesto no se negó, cuando llegué él estaba solo y había comprado una botella de Baileys, empezamos a tomar y en un momento me le senté encima y lo empecé a besar, él al principio no me correspondió argumentando que era producto del licor y el dolor que sentía, que después me arrepentiría pero yo seguí besándolo y moviéndome encima de él hasta que no aguantó más y me correspondió, nos desnudamos y le empecé a practicar sexo oral y me excitaba los gemidos que tenía, pero me excitaba aún más saber que mi venganza se estaba desarrollando como lo había planeado, cuando eyaculó en mi boca cambiamos de posición y él me empezó a hacer un oral delicioso, tenía un orgasmo tras otro, hasta que no aguanté más, lo tiré en el piso, me le senté encima de su deliciosa verga y me empecé a mover, buscando mi placer, cuando ambos llegamos al clímax, me bajé y me vestí, él me dijo que sabía perfectamente que lo había hecho por venganza pero que no le importaba, que había soñado tantas veces con ese momento que el que yo lo utilizara no borraba el placer que le había hecho sentir, según él fue el mejor oral que le habían hecho. Me fui de su casa con la felicidad de saber que había logrado lo que me propuse, en realidad sólo fue el principio de la venganza que le tenía preparada a mi ex.
Desde ese momento nos volvimos muy amigos, él ya no le habla casi a mi ex, ya van casi dos años y en todo este tiempo tenemos una relación de amigos con derechos, follamos cuando se nos da la gana y eso me encanta.