Vivo fuera del país, tuve una larga relación y cuando ésta terminó, apareció mi ex. Habíamos sido novios en la adolescencia y teníamos sexo todo el tiempo y en cualquier lugar, faltaban 3 meses para mis vacaciones en Colombia y las conversaciones se hicieron cada vez más frecuentes y más calientes. Un día me dijo que le encantaban mis tetas y ahí exploté, yo moría de ganas por volver a tenerlo entre mis piernas y lo logré.
Después de unos días de haber llegado al país, me llama y me pide que nos encontremos; accedí. Fuimos a un motel y bastó con cerrar la puerta, me acercó a su cuerpo y empezó a pasar su lengua húmeda y caliente por mi cuello, me rodeó con sus brazos y me dio vuelta para quitarme la camisa de espaldas a él, llevó sus manos a mis tetas donde mis pezones erectos se hacían notar por encima del brasier, volví a estar de frente y me empezó a besar con una delicadeza y pasión que nunca había experimentado, me sacó el pantalón y se quitó la camisa, empecé a besarle el pecho y puse mi mano en su pene sobre la ropa pero esto no duró mucho, lo tumbé sobre la cama y lo desnudé, empecé a pasar mi lengua por la parte interna de sus muslos y su abdomen, yo notaba su desesperación por sentir mi boca en su pene así que empecé a masturbarlo y besar sus testículos, hasta que decidí recorrer su delicioso pene con mi lengua de arriba a abajo una y otra vez hasta sentirlo desesperado lo humedecí, me mordí los labios porque sabía el manjar que me esperaba y lo miré a los ojos mientras me quitaba el brasier, su mirada fue más una súplica que otra cosa. Empecé a chupar su pene despaacio mientras lo seguía masturbando con una mano y acariciando sus testículos con la otra, yo aumentaba el ritmo mientras me deleitaba escuchando sus gemidos y su respiración agitada, fue imposible no sentir cómo palpitaba mi vagina y la humedad que había entre mis piernas, hasta que le dije: "metémelo que no aguanto más" y me dijo que no, que ahora era su turno, puso una almohada sobre la otra y me acostó en ellas para que pudiera ver su cara mientras me hacía sexo oral, hacía magia con su lengua en mi clítoris y pellizcaba mis pezones rápidamente con una mano mientras introducía los de la otra mano en mi vagina mojada y caliente, tuve un orgasmo riquísimo pero yo quería sentir su pene y él hacía que le rogara para penetrarme. Cuando llegó el momento mordía mis labios mientras lo iba introduciendo lentamente, un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, mis tetas se movían de lo duro que me daba y él no paraba de mirarlas, las agarraba fuerte con una mano, me lamía mientras las agarraba y masajeaba, yo sentía que iba a llegar al orgasmo y no sabía en qué momento lo haría él, empezó a darme super duro y a morderme los pezones, empecé a gemir y a moverme rápido, hasta que sentí cómo su pene duro se ensanchaba dentro de mi vagina y en la habitación se hizo un silencio que no había necesidad de explicar.
Esperé 8 años por el mejor sexo de mi vida.
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