Desde el comienzo de nuestra relación nos dimos cuenta que estábamos hechos de lujuria y que queríamos mucho placer y al parecer juntos eso era lo que nos dábamos.
Aquel fin de semana nos fuimos de paseo y nos hospedamos en un hotel nunca habíamos dormido juntos. Al llegar la noche nos duchamos y nos acostamos en la cama el empezó a besarme tan fuerte que sentía como mi calzón se iba humedeciendo, beso mi cuello y toco cada parte de mi cuerpo. Luego quito mi calzón y empezó a estimular mi vagina rosando mi clítoris masajeando y finalmente metiéndome los dedos.
Luego me agarro fuertemente del cabello y metió mi boca en su pene chupe cada centímetro de su zona: Sus entrepierna, sus testículos y su glande lo sentía como en el esófago lo hice tan fuerte que retorcía sus ojos y gemía de satisfacción.
Me tiro a la cama se puso encima mio y metió su pene en mi vagina, luego puso mis piernas arrima como tacón al aire y yo me volví literalmente loca, estaba muy excitada y le decía que me diera mas duro, luego abría mis piernas, nos poníamos de lado, boca a abajo llego un momento de excitación que me empezó a nalguear fuertemente y darme pequeñas cachetadas en la cara me tomaba del cuello y me daba estaba super mojada. Empezó a decirme cosas sucias como te gusta mi leche y yo le decía me encanta me encanta. Finalmente se vino.
Lo hicimos 3 veces mas esa noche y en la mañana lo seguimos haciendo y en la siguiente noche y en la siguiente mañana. Eso fue un hotel de éxtasis infinito. No hubieron limites.
Mejor dejo de escribir y me voy a masturbar porque recordar me hace mojar de nuevo.