Desde chica siempre he sido coqueta y traviesa sexualmente, pero lo que ocurrió en aquella fiesta, sin lugar a duda, jamas lo habria pensado asi. Era una fiesta universitaria en un condominio, yo iba junto a tres amigas que tampoco eran muy santicas. Al son de trago, rumba y lujuria me enrrede con un chico de otra facultad que estaba sexualmente apetitoso, nos separamos del grupo y fuimos, como tantos otros, a una habitación a concretar nuestra calentura. Nos follamos intensamente mientras fumabamos cripi, no se pero el cripi o porro causa un efecto en mi de querer mas y mas. Su miembro era considerablemente complaciente hicimos muchas poses recuerdo su agresividad y me exito , duramos tanto en aquella habitación que dos de sus amigos tocaron a la puerta, según el a preguntar si estabamos bien, sin embargo vermen tendida en un ligero sofa causo exitacion en aquellos dos hombres quienes sin mas preambulo se insinuaron a participar y yo sin mas acepté. Me tomaron como quisieron, cada uno introducia su pene por cada uno de mis orificios mientras me susurraban palabras soeses y vulgares que a mi mas exitaban. Lo disfrute, maldita perra como lo disfrutaste. Estar poseída, tomada y abusada por estos tres hombres me hizo sentir tan espectacular, mi vagina parecía un rio de fluidos y mi boca pedia a gritos mas. Fui, tal vez, un objeto sexual una puta complaciente pero a la vez complacida. Luego de aquella vez nos hemos encontrado dos veces mas, y en medio de trago y cripi, nos disfrutamos a veces con mas chicas o tan solo nosotros. Somos maduros estamos consientes de las cosas y nos encanta, y a mi particularmente me encanta disfrutar de la agresividad de sus cuerpos, la fuerza de cada nalgada, la mirada de deseo y sobre todo... Como me encanta que me llamen su putica.