Antes de empezar debo confesar que mi vida sexual nunca fue muy placentera, fui abusada por mi primo desde los 5 hasta los 9 años, y los recuerdos de sus abusos y muchas malas experiencias, así como mi nefasta primera vez me habían alejado del sexo placentero y lo habían convertido en un completo infierno.
A mis 17 años conocí a un verdadero ángel el protagonista de este relato, el tenia 26 y desde que lo vi me llamo mucho la atención, la tarde que nos conocimos, nos tomamos un café en una tarde llena de una conversación placentera y entretenida yo solo podía mirar sus labios con un impulso increíble por besarlos. La primera cita no paso nada y las siguientes menos, debo aceptar que el buscaba algo serio y yo no, pues tenia miedo por mis malas experiencias, así que solo le ofrecía ser amigos con derechos, las primeras veces íbamos a su casa,y empezábamos a masturbarnos y tocarnos pues yo hasta entonces tenia cierto miedo a la penetración y no la disfrutaba mucho.
Pero sus dedos empezaron a mostrarme un paraíso lleno de placer empezando a besarme y a acariciar suavemente mi clítoris con esos dedos deliciosos.Pero no paro ahí y el a su vez seguía insistiendo en algo mas serio así que accedí. Pero así mismo el deseo era intenso con o sin relación el me quemaba por dentro con el empezaba a desaparecer el miedo.
Así llego la primera vez que fue mágica, pues por primera vez, no sentía miedo, pero los rezagos de aquel miserable hijo de su puta madre seguían en mi mente, al igual que aquellos hijos de puta. Pero al contrario de lo que yo pensaba el no se dio por vencido se dio a la tarea de darme tiempo y de enseñarme el placer, y así fue hasta que un día logro darme la mejor cogida de toda mi existencia.
Comenzó besándome con lujuria, hablándome al oído, el en la cama me hacia sentir como una puta, pero eso me hacia sentir bien como una diosa, ya muchos habían ultrajado mi vagina, era hora de que yo me reivindicara con ella, me encantaba que me llamara puta, perra , zorra, porque de alguna manera extraña me hacia sentir que yo tenia el control, me tocaba suave y delicadamente cada parte de mi cuerpo mi espalda, pasaba su lengua por todo mi cuerpo como si se estuviera comiendo un helado mientras metía sus dedos en mi vagina mojada, y empezaba a chupar mis tetas con una sutileza indescriptible que me hacia gritar como loca, y ese día hizo lo que ninguno de esos impotentes hijos de puta, hizo, chupar mi grandisimo coño como el lo hizo, empezó poniendo su lenguita en mi clítoris , moviendola suavecito y succionando y luego rápido, la besaba como si me besara a mi, y lo disfrutaba tanto cuando levantaba su cara solo podía ver, su boca llena de mis jugos vaginales, parecía tan sediento que yo solo podía agarrarlo del cabello y ponerlo mamar como un loco, el me decía deliciosa mente que estaba saladito, y que le encantaba mientras apretaba mis nalgas, y pasaba su legua de arriba abajo de mi clítoris hasta mi ano, el me hacia gritar de placer como una zorra.
Pero lo que desapareció todo el miedo que los psicólogos no pudieron borrar de mi cabeza, y darle a mi coño el placer que le debía, fue cuando metió su legua en mi vagina, y movía su cabeza adelante y atrás , ushh aun puedo sentir su lengua húmeda en mi vagina, succionando mis jugos vaginales y llevándome a donde nadie mas lo hizo, era lo máximo y no puedo describir cuanto tiempo duro, y puedo jurar que podría estar todo el día con su legua en mi cuca sin cansarse, después de eso siguió dándome ese delicioso sexo oral, pero esta vez hicimos una riquísima 69 y me trague hasta sus bolas solo podía desear tener ese pene suculento en mi boca y tratar de hacerle una garganta profunda bien rica, después de todo yo era su perra, solo suya su puta , porque el se lo gano, al terminar esa suculenta faena de oral me agarro en cuatro y me daba palmadas en el culo, me revolco y me hizo una chucharita donde solo me agarraba mis grandisimas tetas y me hacia gritar de placer.
Todo esto y mucho mas siguió pasando desde hace dos años o mas hoy tengo 20 y el 29, llevamos dos años y medio de relación y solo puedo decir que mi novio tiene la lengua que me saco del infierno.