Lincy Acosta

¡La puntica no más! PARTE 1.

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Anonymous
Ago 15, 2017 01:34 AM 0 Answers
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El semestre transcurría con tranquilidad, apenas era marzo y la carga académica no era pesada. Conocí por chat a un chico de la universidad y empezamos a hablar, encontramos afinidades e intereses que se me hicieron atractivos, además de que su físico me encantaba... 25 años, piel morena (me resulta muy excitante), ojos oscuros, pómulos altos, cuerpo atlético. Correspondía justo al prototipo de chico con el cual tener sexo, además de que tenía un sabroso acento costeño.

Hablamos por 1 semana por vídeo llamadas, en la cual él había sugerido que viéramos una película el fin de semana en mi casa, sin decir que no, había evadido concretar algo, pues era poco tiempo de conocerlo y tampoco me gusta llevar personas a casa (vivo en una habitación alquilada en la ciudad, porque mi familia vive en otra parte y hay restricciones respecto al ingreso de personas para dormir en casa). Llegado el viernes y con deseo de conocerlo decidí aceptar que viniese a pasar la siguiente noche en casa, igual sería "solo una película", aunque sabía las implicaciones de fondo que había teniendo en cuenta que íbamos a compartir cama.

Llegado el sábado, empecé con los preparativos para la noche, anunciar que un compañero se quedaría a dormir en casa, con la excusa de que vive lejos y al terminar la película sería muy tarde y no tendría posibilidad de regresarse, además de pedirle que preparara un poco más de comida para invitarlo. Resuelto esto, llegadas las 8 de la noche fui a recogerlo al paradero. Verlo frente a frente aumentó mis expectativas, él llevaba un pantalón ajustado que marcaba muy bien sus piernas tonificadas y su paquete, y un suéter que evidenciaban unos brazos fuertes; disfruto de las miradas fijas y desafiantes, esas insinuadoras que dicen todo y que develan una atracción mutua, nos saludamos y esbozó una sonrisa franca y coqueta, con su sutil lamer de labios que los hacían más provocativos, augurios de lo que tal vez ocurriría esa noche. Solo al llegar a casa pude notar sus glúteos redondos… Cenamos tranquilamente, hablando de asuntos académicos y cotidianos. Después empezamos la película, nos acomodamos en mi cama, próximos pero sin ningún contacto.

Él hace una pausa y me pide un beso, el cual acepto plácidamente. Sus labios gruesos atrapaban los míos, lo percibí violento, sujetaba mi cabeza y la torcía un poco, sin saber si era por el deseo o simplemente es su estilo, con la curiosidad de probar más no dejaba de atormentarme la idea de salir lastimado. Haciendo a un lado los temores, trepo encima de él, quería sentir su cuerpo contra el mío. En medio de ese beso salvaje, tocan la puerta de mi habitación, la Señora que nos alquila para hacerme unas preguntas respecto a mi viaje del día siguiente, le digo que no se preocupe por mí, que viajo desde la mañana y no tiene que ocuparse de cocinar para mí.

Pasada la interrupción, pongo seguro a la puerta y me dispongo a lo que pudiera ocurrir. Nos miramos y solo basta eso para confirmar lo que sucederá esa noche. Camino hacia la cama y trepo encima de él nuevamente. Ya con más confianza nuestras manos empiezan a husmear en esas zonas tan apetecidas…

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