Hola
Quiero empezar por contarles que sólo he estado con dos hombres en mi vida, pero he mamado 5 vergas jajaja soy una vh ica extrovertida de 21 años y Bueno siempre me ha gustado mi azotea, para fumar leer, pensar mamar y por supuesto coger, pero esta es la historia de una cogida especial, con la segunda persona de mi vida, cogimos en bastantes lugares pero mi azotea siempre fue especial.
Un día fuimos a comer y el me llevo a mi casa, (el es 10 años mayor) yo ya no aguantaba las ganas de que me la metiera pero como tenía un compromiso después no podíamos consumar las ganas en un hotel; recuerdo que le dije, subamos a la azotea y lo hacemos ahí rapidito, el no se negó y subimos, para suerte nuestra yo traía una faldita muy sugerente, pero cuando subimos, del otro lado estaban tendiendo ropa, no nos importó, el bajo su cierre y se sacó su verga, yo me arrodille a chuparsela y ponérsela bien durita y mojadita para que me entrara más rápido, después de unos minutos escuchamos que venía la vecina que estaba tendiendo ropa, me levanto super rápido y empezó a caminar, fingimos que también íbamos a tender ropa, después de que la vecina se fué, nos pusimos en la entrada de la azotea, se la chupe de nuevo de rapidito y alzó mi falda, movió mi tanga y me la metió, yo agarrada del marco de la puerta viendo que no viniera nadie de la azotea (de afuera para adentro del edificio) y el checando las escaleras para que no fuera a subir nadie, siendo que estábamos super cerca de los departamentos más cercanos a la azotea.
Los dos cuidando, esa adrenalina de saber que te pueden cachar lo hace más rico, me cargó y me penetró, rico y lento algo incómodo por que sólo se había sacado el pene por el cierre; hasta que escuchamos que una vecina del planta baja iba a subir a la azotea (6to piso) nos apuramos, el me la metió mas rápido tapándome la boca con una mano para que no se escuchará y con la otra jalando mi pelo, me giró la cara y me susurro: me me voy a venir en ti. Le dije que si y terminó, apretandome, cuando la vecina ya iba en el 4to piso. Caminamos a la azotea en lo que yo me acomodaba la falda y el su cierre, prendió un cigarro y para cuando la vecina subió, parecía que nosotros estuvimos fumando y por dentro, su semen escurriendo por mi vagina.