Debo confesar que estas confesiones me prenden más de lo normal.

Entre más estrambóticas y extraña más me excitan.

Empiezo a leer e imaginar cada uno de los relatos, mientras introduzco mis dedos en mi pijama.

Me excita mucho que me toque el clitoris, asi que me doy un masaje de adelante para atrás a la vez que voy leyendo. No paro de tocarme, pues debo buscar confesiones que en realidad me prendan.

Luego de que una historia me ha calentado bastante noto que ya estoy completamente mojadita. Mi vagina húmeda y mis panties también.

Así empiezo a pasar todo el fluido por toda mi vagina y estando más caliente, empiezo a darme masajes de forma circular a un buen ritmo y siento como va bajando los fluidos entre mis piernas.

Llega el momento en que debo soltar todo y subirle a la velocidad al masaje. Me vengo fácilmente sin lograr penetración. Aunque sería ideal que mientras me masajeo el clitoris, me estuvieran penetrando.

Continuo con mi masaje, hasta que me empiezo a estremecer y a temblar, no paro hasta obtener el orgasmo y termino aun más mojada.

Descanso un poco, saco mi dedo y ya está arrugadito de tanta humedad, me toco un poco los pezones para ponerlos húmedos y estos se ponen firmes y paraditos.

Me pongo nuevamente en la tarea de buscar una historia que me caliente y empiezo la tarea de nuevo. Esta vez cambio, suelto todo y me pongo boca abajo para masajearme rápidamente.

No sé si les pase chicas, pero llega un momento en que no puedo seguir de la estremecida tan fuertes que logro al masturbarme.

Amo masturbarme y no lo puedo evitar al leer estas confesiones, es más, la mía me han dado ganas de masturbarme de nuevo.

Chao lectores, debo masturbarme una vez más.