No puedo evitar mojarme cada vez que lo veo, está tan bueno y el lo sabe... Me encanta que mi profesor de la u me mire, me salude de beso en la mejilla y que finja que no paso nada a pesar de ya habernos comido por todo su apartamento. Pero la historia es así:
Hace un semestre, cuando estábamos terminando ya todos los parciales y listos para salir a disfrutar las vacaciones, invite a mi profesor el ultimo día a tomarse una cerveza conmigo en uno de los bares cerca de la u, el accedió y nos fuimos sin saber que íbamos a tomar tanto y después a volvernos locos, en la 6 cerveza y luego de unos shots de tequila, comenzamos a bailar en la pequeña pista de ese bar, justamente cuando estaban pasando una de esas canciones que te obligan si o si a bailar pegado a la otra persona, en ese momento, me gire y comencé a pegar mi culo a su pene que sentía como se iba poniendo muy duro con cada vaivén, me voltee de nuevo quedando frente a el y de aposta me desabotoné un poco la blusa para que se vieran mis tetas ( debo decir que son bastante grandes) y de una bajo su mirada hacia ellas y luego me cogió la cara y me beso. Obviamente le respondí el beso!
Seguimos tomando bastante y de repente salimos a fumarnos un cigarrillo, y entre ese conversación que se da en esos momentos el me plantea la idea de irnos para su apartamento a seguirla. Al principio dude un poco pero basto otro beso para decirle que si.
Cuando llegamos allá, me ofreció un trago y me dijo que lo que pasara ahí debía quedarse ahí, prometí que no diría ni una palabra y me retiró el vaso y se me lanzó encima rápidamente, me quitó la blusa y el brasier en menos de nada y yo después le bajé el pantalón y le hice el mejor oral que nunca había hecho, me lo metí hasta lo más profundo de la garganta y movía mi lengua al mismo tiempo, mientras lo miraba desde abajo, el haciendo una cara de placer espectacular, el me dijo que no aguantaba más y me levantó y comenzó a metérmela por mi vagina mojadísima, como la tenía bien gruesa, gemí bastante duro y me daba nalgadas que dejaron marcadas sus manos en mi, no me había imaginado que tan bueno podía ser o que tan salvaje, pero en definitiva ha sido de los mejores polvos de mi vida, terminamos cogiendo esa noche tres veces, una en su cama, otra en la sala y otra en el baño. Me decía que le encantaba venirse en mis tetas, que tuviera por seguro que iban a ser su perdición...
No me lo pude cruzar más hasta que entramos de nuevo de vacaciones, cuando paso a veces por la sala de los profesores y está ahí solo, desde afuera le hago caras y gestos bastante sexuales y el se muerde el labio y me mira con cara de deseo... Yo solo espero que se vuelva a repetir!
PD: Amo las confesiones de aquí!