Me llamo Viviana, tengo 29 años, tengo mi pareja que se llama Daniel, el tiene 32 años, nos conocemos hace más o menos 9 años y estamos juntos hace 8 años exactamente.
Cuando lo conocí y me junte con el en una relación, no sabía que era un pervertido con las mujeres, cuando me entere ya era muy tarde, llevamos mucho tiempo juntos y la verdad no sabia de su capacidad de persuasión con las mujeres para cumplir sus fetiches.
Un día me di cuenta que estaba viéndole las piernas a mi prima de 22 años, ella tenía una minifalda de jean y no tenía medias, tenía unos tenis blancos y un escote de tela de encajé, cada vez que me fijaba en Daniel, estaba mirando a Maria Jose entre la falda o mirándole las tetas.
En ese momento sentí mucha rabia y me sentí humillada, no sé si mis demás familiares se darían cuenta, pero yo estaba muy incómoda. Yo y las mujeres de mi familia siempre hemos usado vestidos o minifaldas, somos delgadas, tenemos la cola pequeña y los senos talla 34 - 36 aproximadamente, por mi parte mi atributo que más llama la atención en los hombres son mis piernas y mis labios gruesos y carnosos.
Hasta ese día había visto normal vestirme de esa manera y usar labial rojo, mi cabello es largo y me llega hasta la cintura, me considero una mujer atractiva, hasta ese momento no entendí porque Daniel miraba con tanto deseo a mi prima.
Al llegar a casa lo confronte y le hice el reclamo, fui grosera, atrevida y agresiva, le tire cachetadas y lo insulte bastante. Daniel fue bastante directo y me dijo que no exagerara que la toda la vida ha gustado de las mujeres que usan falda, que siempre las mira, las morbosea y se excita con su forma de vestir sea quien sea, incluida yo.
Pensé en irme a quedar dónde mi mamá, pero era ya tarde, así que me puse más agresiva a lo que Daniel me tomo de los brazos y me dijo que me calmará, que yo era una zorra provocadora con mi manera de vestir, me dijo que era su puta y que tenía que actuar como tal.
Extrañamente tuve una sensación de humillación y excitación al tiempo, me molestó mucho el tono en que me habló, pero el hecho de que usará palabras como zorra y puta, me calentó. Acto seguido, Daniel me tiró contra el sofá, me subió la tanga, me rompió el short, me corrió el panty a un lado y me penetró con todas sus fuerzas, mientras me halaba el cabello hacia atrás y me nalgueaba mi culo, me penetró vaginalmente, pero de espaldas, en ese momento no se lo dije, pero tuve tres orgasmos mientras el me maltrataba y empujaba su cadera contra mi culo, fue la primera vez que sentí que me cogía sin amor y con rabia.
Lo disfrute mucho, tengo claro que abuso de mí, pero me gusto. En este punto valga la aclaración que él es un hombre muy juicioso y tiene bastante éxito económico, por lo que él me sostiene económicamente, y lo que yo gano informalmente lo uso solo para mis cosas.
Teniendo en cuenta lo anterior, al día siguiente quedamos de ir al teatro y él se alistó primero, al principio no entendí porque, él siempre se alista de últimas para darme tiempo de arreglarme, como de costumbre cogí una minifalda de cuero que me quedaba cortica pero ancha y así mismo me coloqué mi short.
Después de eso Daniel me sorprendió tirándome sobre la cama boca abajo y se puso encima mío, me cogió del pelo hacia atrás y me habló al oído, me dijo lo siguiente:......"Que parte de que eres una zorra deliciosa no entendiste, y debes vestir como tal.".....
Después de decirme eso, me quito el short y la falda y me pasó una falda de látex apretada. Me la coloqué y le pide el short, me dijo que de ahora en adelante no podía usar esa prenda y que las faldas me debían quedar máximo 5 dedos de distancia con respecto a mi cola.
En ese momento perdí mi voluntad, no sé si por miedo o por el hecho de que el me sostenía económicamente, pero al mismo tiempo estaba disfrutando en secreto lo que Daniel hacia conmigo, es como si estuviera descubriendo una nueva parte en mi que me gustaba y que no conocía.
Salimos y fuimos al teatro, pero aquí el se adelanto nuevamente para comprar las entradas mientras yo entraba al baño, tambien me sorprendí porque yo siempre compro las entradas, resulta que el las compro y no me las dejo ver hasta que íbamos entrando a la sala, yo llevaba una chaqueta en mi mano, el me la quito, resulta que había comprado dos entradas separadas, una arriba de la otra, me dijo que me hiciera en la silla de abajo, en el centro y el quedo en la misma posición pero en la fila de arriba.
Hasta el momento no entendí porque se habían comprado las entradas de esa manera, el hecho es que no tardo en llenarse el teatro y diez minutos despues de iniciada la función me vi a lado y lado de dos hombres que no conocía y Daniel atrás mío observándome, en ese momento me empecé a sentir observada, no tenia chaqueta con que taparme, mis piernas se veían demasiado y las personas alrededor no podían evitar mirarme de arriba abajo, trate de tapar mi entrepierna con mis manos y cruce las piernas, pero, logre el efecto contrario, la falda se me subía cada vez que me movía, mientras tanto Daniel estaba atrás mío con una cara de placer impresionante, afortunadamente ese día llevaba ropa interior oscura.
Terminada la función, salimos a un centro comercial cercano, porque Daniel quería algo de comer, todo lo tenía fríamente calculado porque de ninguna manera me quiso entregar mi chaqueta y antes de llegar al restaurante, caminamos todo el centro comercial, terminando el día, entendí que Daniel quería lucirme con todo el mundo, quería que todos en ese lugar se dieran cuenta de lo que le pertenecía.
Al día siguiente él tenía que trabajar y yo tenia que hacer vueltas personales, no me toco en toda la semana, creí que ya había pasado todo, pensaba que era cosa de un día y no más, me sentí confundida por el comportamiento de Daniel, toda esa semana usé pantalón y el no mostro el más mínimo interés. Al viernes, terminando la semana en horas de la noche, llegue a la casa y Daniel ya había llegado, cosa que me sorprendió porque el siempre llega tarde. Cuando fui a revisar mi cajón, me boto a la basura toda mi ropa interior y había comprado mas de 20 conjuntos de ropa interior para mi entre, tangas, hilos y pantis, el tema es que todos eran de colores claros, colores pasteles, blanco, rosado, amarillo, naranja, fucsia, rojo, etc, etc. La mayoría era de encaje. Lo único que no me boto fue mi ropa interior que uso cuando tengo el periodo. Con respecto a mis blusas no boto nada pero tambien me compro ombligueras semi transparentes y ombligueras muy escotadas.
Durante 8 años siempre tenemos como plan de pareja salir a cualquier lugar los fines de semana, al día siguiente quedamos de ir a un lugar muy concurrido, nuevamente Daniel se alisto primero y cuando yo sali del baño, tenia la ropa exacta que debía usar, una falda vino negra de gamuza que apenas me tapaba el culo, unas tangas blancas, unas medias veladas demasiado transparentes, una ombliguera transparente y un sostén blando de color rojo, unas botas de caña alta con un tacón pequeño, me vestí, me aplique labial y me alise el cabello, al verme en el espejo me veía como una golfa, en ese momento quise ir a ponerme otra cosa, pero Daniel me bloqueo la entrada al cuarto y me empujo hacia afuera de la casa, el ya tenia todas las cosas listas en un bolso, cerro con llave y ya tuvimos que salir.
Pedimos un uber y cuando llego, el me pidió que me fuera adelante porque tenia mareo, no era cierto, mi forma de vestir era tan llamativa que el conductor no podía dejar de observarme, las medias eran muy transparente y la falda era tan corta, que se me alcanzaba a ver el color de la ropa interior. Llegando a nuestro destino, Daniel me escribió que le mirara la entrepierna al conductor y luego lo viera a los ojos, apenas vi su entrepierna, se le notaba su verga erecta por debajo del pantalón, fue delicioso ese momento.
Lo que viene ya se lo imaginaran, desde ese momento en adelante, siempre que salimos, Daniel me hace vestir como una zorra y le excita muchísimo que yo provoque otros hombres delante de él, desde ese día solo tenemos relaciones cuando estoy en falda o vestido, si uso pantalón el me castiga y no me coge. Las cosas cambiaron desde ese momento, de ahí en adelanta morbosea a otras mujeres, incluso de mi propia familia, sin pena ni pudor alguno. Tiempo despues hablamos abiertamente del tema, y yo cedi totalmente a todas sus pretensiones, es un acuerdo tácito entre los dos. Estoy segura que lo siguiente que me va pedir es que además de provocar desconocidos en sitios públicos, vaya más allá y tenga contacto con ellos, tengo curiosidad de como responder ante esa situación, teniendo en cuenta que estoy exponiendo con mucho placer la golfa que llevo adentro