Lincy Acosta

Mi profe. Yo 18, él 32.

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Anonymous
Jun 06, 2017 05:06 AM 0 Answers
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Me gustaría poder ser un poco más objetiva al hablar de él, pero joder, siempre me han gustado los hombres mayores.

Desde que tengo memoria, cada vez que he sentido una completa atracción sexual por alguien ha sido un hombre mayor que yo, y de barba, por supuesto.

Estoy en mi último año del colegio, la verdad cada año tenía la esperanza de poderme coger algún profesor algún día, finalmente siempre fue esa mi fantasía.

Era Febrero, primer día de colegio. Ese día me arreglé como si supiese lo que iba a encontrarme. Me coloqué mi falda del uniforme encima de mis tangas color vino, sin nada más entre ellas.

Llegué y lo primero que ví fue la formación de nuevos profesores, y a él. No puedo decir con exactitud cómo me sentí, solo recuerdo que pensé estar mojada hasta los tobillos. Me fascinó desde que lo ví, era alto, blanco, con una barba increíble y un cuerpo de muerte. Tenía puesta una camisa azul clara y un pantalón un poco más oscuro que le marcaba las piernas... Y no solo eso.

Pasaron varios días en los que tan solo lo veía en el descanso, sin embargo algún día me encontré con otro profesor y me llamó al lado de ambos y le dijo: Ésta chica tiene los conocimientos más avanzados de historia en esa clase, le gusta mucho el campo social, deberíamos armar el grupo con ella.

Allí comenzó todo. Me pidieron unirme a un grupo social donde trataríamos diferentes aspectos humanísticos e históricos, yo estaba sin duda fascinada.

Pasaron algunos días y solo nos reuníamos en el colegio una que otra tarde, sin embargo, un día me pidió que me quedase cuando todos se habían ido.

"¿Vos crees que no puedo percibir la manera en la que me mirás? Si yo me puedo dar cuenta, todos los demás también, debería de ser un poco más discreta" Me dijo.

Creo que me puse de todos los colores.

- Supongo estará acostumbrado, todas le desean aquí, que yo sea más evidente no cambia la realidad.

Creo que le gustó mi manera desafiante de responderle, sonrió y me dijo que no era su estilo estar con estudiantes. Me enojé, no sé por qué, pero me molestó terriblemente.

Pasaron varias semanas y cuando debíamos reunirnos lo ignoraba completamente, por lo que creo comenzó a desearme.

En un pasillo me tomó de la cintura contra la pared, con rabia, con desconcierto y me dijo ¿Qué querés de mí? ¿Por qué estás actuando así? . Estuve a punto de besarlo, me moría de ganas de tenerlo adentro. "Quiero que me cojás como jamás te has cogido a nadie, me muero por vos Martín" Me pidió mi teléfono, y se fue corriendo.

Estuve esperando toda la jodida tarde un mensaje o una llamada. Me duché, me depilé, me organicé el cabello, me llené de aceites el cuerpo... Y me llamó.

-¿Querés venir a mi apartamento? Tengo algunos libros que pueden gustarte.

Salí sin dudarlo, ya me imaginaba​ el tremendo libro que esperaba por mi.

Llegué a la dirección con una terrible dificultad.

Me abrió la puerta y me miro de arriba a abajo, no tuvimos tiempo de decir nada. Me cogió de las piernas y me cargó, me besó deliciosamente, me tomaba los senos, me apretaba las nalgas contra su pene duro, estaba mojadísima, me excitaba tanto pensar que él estaba lleno de experiencia y sabiduría de la que yo iba a ser testigo, me senté encima de él y me movía simulando una penetración, él solo ahogaba la respiración, era delicioso imaginar lo que iba a pasar, quería arrancarle la ropa, le dije que iba a ser suya, que me moría porque él me cogiera. Le bajé el pantalón, ví su verga y comencé a babear, era deliciosa, muy un largo normal, pero muy gruesa, un poco venosa y parecía con vida propia, me rogaba porque se lo chupara. Lo masturbaba con mi boca, con mi lengua, con mis manos, agitaba su pene de arriba a abajo mientras con mi lengua acariciaba su glande, era increíble, sentía que me iba a venir de solo chupársela. Él también me iba a masturbar, pero yo no podía más, me sentía hasta mareada de las ganas que tenía de tenerlo adentro. Él al verme así solo me acariciaba la vagina y el clítoris con la punta de su pene, le pedía que me lo metiera, quería llorar, estaba excitadísima "Mirá cómo me ponés, mételo, mételo por favor" le decía. Finalmente me embistió. Fue delicioso, era increíble sentirlo así, todo mío, cogiéndome, jalándome el cabello, ahorcandome, mentiéndomelo duro, diciéndome cosas sucias, era delicioso pensar que un hombre mayor me deseaba así, que yo le excitaba como él a mí. Me voltió y me penetró en 4, me daba nalgadas, yo solo gritaba, mordía su almohada, él me cogía los pequeños senos por detrás, pensé que el sexo no podría ser así de rico, lo deseaba tanto, quizá porque lo admiraba . Me vine como nunca y espero que se haya venido como nunca, aunque ese jadeo lo dijo todo. Lo hicimos una vez más, yo encima de él, balanceándome como un columpio, luego en cunquillas y de espaldas, el culo me rebotaba él solo se mordía los labios, yo me moría al verlo así, excitado, mirándome, jadeando, me vine y me tumbé en él, me retorcía del placer, fue delicioso.

Desde eso estoy enamorada, me muero por él, por su verga, por cómo me coge, por lo que dice y lo que no.

 

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