Todo sucedió, al regreso de un viaje que hicimos con mi novio, a un pueblo de cercano a Bogotá. Antes de venirnos nos tomamos varias cervezas y yo quede en mi punto. Yo tenía un vestido muy corto con vuelito y unas diminutas tangas... Esperamos por un largo tiempo el bus intermunicipal y no pasaba, pero de un momento a otro vimos que se acercó un bus que tenía un letrero que decía Bogotá, nos subimos muy normal, la luz estaba apagada y no se subió gente. Nos pareció muy raro, en fin nos hicimos en la sillas finales y el conductor arranco, de un momento a otro nos vimos a los ojos y nos dio muchas ganas de follar, yo me senté en sus piernas gruesas y fornidas, el saco muy miembro, corrió mis diminutas tangas y me lo metío hasta el fondo, sentía su verga tan dura, tan rica, a su vez sentíamos miedo de que el conductor parara y nos viera hay, fue muy excitante, pero en realidad no nos importo, lo hicimos hasta que derramó toda su lechita por mi culo y mis piernas. Yo me senté de nuevo, muy normal, el man volvió de nuevo a la terminal y se bajó, la verdad ni notó que estábamos hay.
Tomamos otro bus que si venía para Bogotá, pero si estaba lleno, o si no...