Un día dialogando con mi esposo, me confesó que una de sus fantasías sexuales era tener sexo en una sala de cine xxx... Después de un corto silencio le dije: "simple!!! por qué no vamos a una y tenemos sexo allí"... Decidimos ir a la menor oportunidad posible, para ser sincera ni siquiera sabía que existían esos lugares, tenia mucho susto pero quería vivir esa experiencia, después de su propuesta  empecé a sentir mucha curiosidad...

Llegamos al lugar, compramos el boleto de entrada y entramos cogidos de la mano, era un lugar bastante oscuro, gracias a la  a luz de la  pantalla gigante, sólo se alcanzaban a ver siluetas de hombres masturbándose, eran muchos hombres dispersos por todo la sala, no habían más parejas allí, ni mujeres, sólo yo; elegimos un lugar y nos sentamos allí, las miradas no nos desamparada, recuerdo como mi corazón palpitaba, me sentía impresionada, no podía creer que estuviera en un lugar como ese. Al los pocos segundos me senté sobre mi esposo y comenzamos a besarnos, mi piel se empezó a encender al sentir como tenía su pene de duro, me puse de rodilla saqué su miembro y comencé a lamerlo, besarlo, chuparlo y a tocarlo con mis manos, él me tomo por el pelo y jadeante novia mi cabeza hacia adelante y hacia atrás; al levantar mi cabeza ví gran cantidad de hombres a nuestro alrededor disfrutando del espectáculo y masturbándose sin parar, me senté en sus piernas de espalda a él, me penetró susurrando palabras sucias a mi oído, mientras me movía rítmicamente sobre él saco mis tetas de mi blusa y las expuso para que todos apreciarán la imagen y se emocionarán tanto como él, poco a poco el ritmo fue aumentando y ver a todos esos hombres disfrutando de nuestro sexo hizo que explotara en mil pedazos, me corrí sobre él a la vista de todos, con jadeos de calentura por tal exitante situación.

Fue una experiencia deliciosa y lo que me temia no sucedió, ninguno de los espectadores se acercó más de permitido ni me tocó.