Lincy Acosta

Si quieres, en la oficina te lo mamo…..

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Anonymous
Jun 30, 2017 10:47 PM 0 Answers
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Llega el mediodía, hora de almorzar y de continuar con la rutina diaria, también llega el momento de hacer algo de contacto con los compañeros, algunos mucho más interesantes que otros,inicialmente sólo era conversar de cosas cotidianas, pero con un compañero en especial, empecé a acercarme más, a hacerme consciente de su presencia, de su delicioso olor !carajo!, sentía que me embriagaba su esencia de macho, su sensual sonrisa, su barba y ¿Mencioné lo mucho que me excitan hombres mayores , Barbados o con tatuajes?,  tenía todo lo anterior fuera de un encanto propios de sus 33 años , para alguien de 21 años como yo, era paquete completo y un postre que como fuera, me tenía que comer, llegué al punto de desearlo, sentir necesidad de oírlo  y verlo para calmar esas ganas salvajes de hombre, esas fantasías que me atormentaban en el momento más inoportuno; es cierto que convivir une, y de qué manera.

 

Para empezar, llamémoslo Fede ( ni modo de dar el nombre real), siempre estaba ideando cómo llamar su atención, no sabía mucho de él y en el fondo no me importaba, quería sexo y lo quería con urgencia, además sólo era un deseo irrefrenable y no me interesaba involucrarme sentimentalmente con un compañero de trabajo, en verdad fueron tantas las veces que soñé y me calenté de pensar que él me sometiera en su puesto, que nunca creí que se hiciera realidad.

 

Después de un tiempo de conversaciones triviales empecé a notar que me miraba diferente, no disimulaba la forma descarada cómo reparaba mi cuerpo de arriba a abajo cuando iba en falda, veía su rica erección en su pantalón y como se tocaba muy discretamente (como  deseaba darle una buena mamada hasta el fondo ) sentía que me quería devorar con la mirada y eso me hacía buscar cómo insinuarme más para excitarlo, como  por ejemplo abrirme de piernas estando en  falda  mientras "dormía" sentada frente a él, buscando contacto físico, acercando más y más los besos a su boca, hasta que un día, justamente un sábado, en la oficina y con varios  y compañeros más , me encontraba conversando mientras me ensimismaba pensando en sus labios, en cómo podría decirle que me hiciera un oral mientras me pellizcaba fuerte los pezones, estaba tan distraída que cerraba los ojos y me remalía del gusto, casi podía hacerlo real, el calor me subió por todo el cuerpo, me puse roja, tenía los pezones duros, mi sexo hecho un mar de obsenos fluídos y eso de sólo pensar que estaba frente a él , en minifalda, con las piernas abiertas mostrando una pequeña tanga negra en transparencia, sin dejar mucho a la imaginación, cuando menos pienso me roba un beso me quedo mirándolo, atónita , aún digiriendo lo que acababa de suceder y le pregunto:

-¿Por qué lo hiciste?

- No sé, porque quiero, si te sientes mal....

 

No había terminado de decir la frase y ya se había lanzado a devorarme la boca, nos escondimos détras de la bodega, sentí su desespero y deseo en sus besos, en su afán por tocarme mientras me susurraba:

 

-¿ Esto era lo que querías?, ¿Así te gusta?

 

Solamente asentí con la cabeza, no tenía palabras, creí que todo iba quedar en una manoseada cuando siento que sube sus manos peligrosamente, me encontraba muy preocupadas, pues aunque muy excitante la situación habían más personas en la oficina, le hice notar mi preocupación.

-  No sigas Fede, si quieres los dejamos para después pero nos pueden ver y me preocupa.

- Tranquila que no te voy a hacer nada (fue una vil mentira).

- Pero.....

 

Sólo sé que me callo, me metió mano y sintió lo empapada que estaba, en ese momento supe qué era sentir lujuria en su más puro estado, vergüenza y falta de ella a la vez y mucha, mucha adrenalina, no hubieron más palabras , nada más miradas pícaras y unos dedos exploràndome, tocando con maestría y suavidad todos mis puntos débiles, logrando que no pudiera  y resistencia y haciendo que  y contuviera mis gemidos, masajeando mi clítoris mucho mejor que yo. Me tenía abierta de par en par, deseaba que me la metiera , era su puta en ese instante, estaba fuera de mí,, la situación  era de lo más riesgos, si nos veían nos  podían echar, pero me importaba  un carajo si venía el mismísimo presidente de la empresa, pero quería sexo , lo deseaba, lo necesitaba, estaba sedienta de él, lo suficiente para suplicar me que me follara y maldita sensatez la de él, sentí que jugó con mi deseo cuando me dijo que no podía penetrarme ahí aunque lo deseara,me subió al cielo, tan rápido y luego me sale con ese baldado de agua...; ahí no terminaban las sorpresas, pues me  sorprendió ver su rico pene, el que tantas veces había imaginado cómo sería de acuerdo a lo que lograba ver, sentir su olor, ver su buen tamaño, lo grueso que era, como se movía y soltaba líquido preseminal de lo duro que estaba, sólo me dijo:

 

- ¡Ya no aguanto más!, abre la boca.

 

Siempre obedecí su orden, sentí como me jaló la cabeza con fuerza, como de una envestida me lo metió, me limité a lamer, chupar , succionar todo su glande y testículos, hacer un buen uso de mi garganta profunda, amo mirar como un hombre disfruta cuando se lo chupo, me dan ganas de tocarme y de hacer que se venga en mi boca, me encanta tragar semen cuando estoy así de excitada, sentí como me empujó con fuerza y como se vino a chorros, logré tragarlo todo, sin derramar una gota, pero su cara de sorprendido, de ver lo puta que podía ser su compañera , de cómo había sido escurrido hasta la última gota en esas circunstancias, fue mi gran recompensa y el inicio de historias mucho más calientes.

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