Seré breve:

Me fui con mi pareja en un viaje de 8 horas en bus. Cerca de las 9pm, él iba molesto conmigo y yo quería solucionar el disgusto. Le pregunté si podía recostar mi cabeza en sus piernas por que estaba muy cansada y él de mala gana aceptó. Una vez en mis garras, bajé su cierre y empecé a besarlo y olerlo... Él entre nervios me intentó quitar, pero no duró mucho la resistencia. (En las carreteras, nunca fue tan placentero encontrar huecos) Él sufría por no hacer ruido y yo, yo me lo comí entero 🙂 finalmente a él se le pasó el enojo.