Mateo y yo nos conocíamos ya desde hace varios años, y desde el primer momento existió una atracción y una complicidad que no se podía negar; sin embargo fuimos eso "mejores amigos" por un largo período de tiempo.
Con el pasar del tiempo supongo que la manera en la que nos mirábamos cambió, yo sentía como sus ojos oscuros se quedaban en los míos por minutos, como me miraba cada vez que me recogía para salir y cómo su mano me tocaba cada vez de una manera mucho más cariñosa. Muchas veces me negué a aceptar que algo más podría suceder pero creo que no me podía aguantar más a sus encantos.
Un día salimos a tomarnos unos tragos, hablamos de nuestras vidas, cómo ciertas cosas habían cambiado. Entre shot y shot debajo de la mesa comenzó cierta complicidad, ese día tenía un vestido puesto y sentía como sus manos me dejaron de tocar accidentalmente para comenzar a subir por mis piernas. Lo sentía todo, empecé a temblar y ese juego me gustó. Pedimos la cuenta y saliendo del sitio, me abordó en el baño, me besó apasionadamente tratando de quitar el vestido, lo logró y sus manos comenzaron a acariciar mis senos de la manera más deliciosa que alguien lo ha podido hacer. Decidimos parar y salir del lugar.
Una vez llegamos a su casa, seguimos lo que en el bar había comenzado: sentía su lengua pasar por toda mi boca, y una vez llegó a mis senos sentí un placer desbordado, se preocupó por pasarla por todo el borde, por morderlos, sobarlos, chuparlos y masajearlos. Ahí no paró, su otra mano iba subiendo por mi pierna hasta lllegar a mi vagina, correr mi tanga y empezarme a acariciar; primero un dedo suave y después fue introduciendo uno tras otro, los metía y los sacaba, me presionaba el clítoris muy delicioso. En ese punto mi cuerpo pedía más y él lo sabía, me decía "Que rico sentirte así de mojada y caliente","Eres mi zorra favorita"; así terminó por desnudarme y me acomodé en 4 para sentir entrar todo su miembro, al cual solté un pequeño sonido "Ajj, así me gusta", lo sacó y lo volvió a meter con más fuerza mientras me sostenía el cabello; empezamos a tener más ritmo, me sostenía de las almohadas y sentía que iba algo dentro de mi iba a explotar. Me cambió de posición, intentamos el misionero y fue de lo más delicioso, le dije "Dame más duro que ya siento que voy a terminar" a lo que él me respondió "Aguanta que quiero que terminemos juntos", saca su pene, abre mi piernas y me hace me pasa su lengua por toda mi vagina, me masajea el clítoris, le cojo su pene y lo empiezo a masturbar, me mete uno de sus dedos a mi boca y me dice "A esto sabes,deliciosa" , le digo que ya no puedo más y es así como tengo el primer squirt de mi vida.
Terminamos y nos miramos con cara de no creer lo que había acabado de suceder. Con él exploré muchas cosas de mi sexualidad, lo hicimos en todo tipo de lugares para aumentar la adrenalina. Siempre me encantó como me masturbaba y me besaba.