Hola a todos, a continuación, leerán una de las fantasías que se me cumplió para sorprender a mi esposa. Resulta que llevamos 5 años de matrimonio hemos pasado por varias etapas en nuestra relación. En cuanto a lo sexual, también, muchos altibajos.
Pero les quiero confesar que les contaré una de las escenas que más amé y deseaba regalarle a mi esposa.
Un día cualquiera, la recogí en el trabajo, la llevé a un restaurante donde cenamos delicioso. Luego pedimos un par de botellas de vino... después de varias horas, entre hablar del trabajo, de nuestras anécdotas como adolescentes, tocamos varios temas que nos ponían algo excitados. Nos gustaba compartir historias sexuales (reales) de nuestras relaciones anteriores. Resulta que pagamos la cuenta y nos fuimos para la casa, al llegar, destapamos otra botella que teníamos, seguimos disfrutando de la noche, nos pusimos cómodos, entre hablar y compartir más historias, teníamos momentos de besos intensos, ya llevábamos varias horas entrando en calor. Hubo un momento en que pusimos velas, apagamos todas las luces y le tapé los ojos... la acosté en toda la mitad de la cama, ella aún estaba semi vestida y algo tomada de tanto vino que bebimos - resulta que para esa noche había contratado a un masajista, porque sabía que tanto a ella como a mi nos gustan los masajes y más cuando el trabajo estuvo algo estresado. Sin embargo, ella no sabía que le tenía preparada esta sesión de masajes, resulta que llegó Alejandro, muy puntual, entróa la casa y se preparó al entrar a la habitación, él comenzó a darle un masaje en las manos y luego en los pies a mi esposa - mientras tanto, yo seguía tomando un poco de vino. Mi esposa como tenía los ojos vendados, creía que era yo y tomó una de las manos de Alejandro y la llevó por todo su cuerpo, pasando por sus zonas más sensibles, ella se movía cada vez que Alejandro apretaba alguna parte de su cuerpo. Él me miraba como queriendo decir, ¿puedo seguir? y yo con la mirada le dije, ¡fresco!. Mi esposa y él se excitaron, ella se quitó la ropa y con sus pies tocaba el pecho y el abdomen de alejandro y así hasta llegar a las piernas, luego con una voz segura, mi esposa decía: ¡sigue tocándome por favor!.. Alejandro con un poco de timidez la tocaba y a medida que lo hacía, le gustaba.
Qué bien, ya eramos 3 los que estábamos con el corazón a mil.
De tanto manoseo, mi esposa estaba llegando a un estado de excitación bastante nuevo para mi, ella continuaba con los ojos tapados, sin embargo, aseguraba que "yo" estaba oliendo diferente, que mi piel era diferente, y que lo sentía diferente... Alejandro, la tomó de la cintura y la sentó en sus piernas, se besaron con tanto deseo que mi esposa en ese momento ya sabía que era lo es que estaba pasando, y con una mano me comenzó a buscar... yo me acerqué y le besé los pies y mientras esto pasaba, Alejandro que era un poco más grande que yo, se levantó de la silla cargando a mi esposa, cogiéndola de la cintura y comenzaron a hacer el amor en la cama. Mi esposa mientras disfrutaba de Alejndro, me pedía que me acercara, yo me acerqué la comencé a besar, y mientras nos besábamos ella alcanzó a preguntar- ¿Qué es esto tan rico?, pero fueron más fuertes sus deseos de seguir disfrutando con nosotros dos, que en parar lo que estaba pasando. Así que se destapó los ojos, lo comenzó a tocar por todas partes, seguía moviéndose y besándolo con mucho deseo, y luego me besaba, me pedía más vino y continuamos dándonos placer por el resto de esa noche...