Un domingo cualquiera estaba en la pequeña habitación en la que vivía, quede con mi "amiga" a la que de ahora en adelante llamare "mi mona" en que le iba a preparar un rico almuerzo para que comiéramos juntos. Mi mona era una de esas mujeres que a pesar de que ya casi tenemos 10 meses de estar "juntos" aun yo no se ni que somos, tenemos una relación super rara pero a la vez super interesante, somos amigos, novios de vez en cuando, novios virtuales, tenemos sexo por teléfono a cualquier hora del día, por whatsapp y en fin, cuando a ella le da su puta gana me busca y no demora para encontrarme por que a pesar que ella es menor que yo 13 años, he vivido con ella unas experiencias sexuales inigualables, me encanta su forma de ver y pensar en cuanto al sexo y si una cosa es claro es que ha dejado una huella en mi muy difícil de borrar.
Entrando en materia, eran las 11 de la mañana aproximadamente cuando llego a mi cuarto, yo había comenzado a cocinar tratando de hacer mi mejor esfuerzo en mi olla arrocera, en un momento dado me desnude completamente debido a que quería ser el primer hombre en cocinarle desnudo y en parte para ir adelanto el tema de la seducción, por momentos me le subia encima y la besaba apasionadamente, bailaba al son de la música haciéndole gestos graciosos con mi pene erecto y deseoso de ella, hacia saber con esos besos que iba a ser mía y su mirada, respiración y su cuerpo así lo entendían.
Tipo 12:30 ya estuvo listo el almuerzo, nos sentamos a disfrutar de mi plato y después nos acostamos juntos a reposar un rato la llenura con la que quedamos. Mi mona muy amablemente había llevado un rico aceite con el que muy sutilmente empece a hacerle un masaje después de acostarla boca abajo y quitarle la blusa y el brasier que traía, el día era perfecto y los dos sabíamos que se venia una faena super deliciosa. Mi masaje obviamente tenia una doble intención, relajarla pero a la vez provocarla y excitarla, comencé por su cuello y seguí bajando por su espalda, una vez finalizada la espalda procedí sin el mayor afán del caso a quitarle el short y el interior que llevaba puesto, para cuando lo quite, note como salia de su entrepierna ese liquido transparente y maravilloso que me fascina de mi mona. Seguí con mi masaje y dejando derramar el aceite por sus ricas nalgas y en su ano continué lentamente con mi trabajo, me quede un rato masajeandole el borde del culo mientras veia como mis manos provocaban cambios en su piel y su vagina me pedía a gritos que le hiciera de todo a lo que yo ignore de momento, seguí por sus piernas casi perfectas hasta llegar a sus pies, una vez mis manos le hicieron un delicioso masaje en sus pies era hora de emplear otra parte de mi cuerpo y sin dudarlo ni una sola vez, me lleve cada uno de sus dedos a mi boca, ufff que delicia, dure como diez minutos chupandole absolutamente todas las partes de sus pies, su cara era como de asombro pero a la vez me decía que le gustaba y debo confesarlo que a mi también me gusto y me excitaba aun mas, mi pene para ese entonces quería estallar. Seguidamente empece a jugar con mi lengua por su cuello, la espalda la recorría una y otra vez mientras se agitaba aun mas su respiración, llegue a su ano empapado de aceite e hice desastres con mi lengua en ese pequeño pero delicioso agujero que tiene mi mona, después la voltie boca arriba con un gesto firme pero no violento y seguí recorriendo cada espacio de cuerpo, no se me quedo ni un cm por recorrer con mi tacto, mi olfato, mi gusto y mi vista, disfruto de esa mona como ella no tiene idea, pase por alto su vagina y seguí con sus pezones, sus tetas son ricas, ni muy grandes ni muy pequeñas y para mi gusto son casi perfectas, baje a su vientre lamiendo por completo su cuerpo, introduje mi dedo corazón en su vagina y ahí estaba mi mas grande tesoro, me metí el dedo a la boca y su sabor era suprema-mente exquisito, una de las cosas que mas me gusta de esa mujer y ella lo sabe es la capacidad que tiene para mojarse, introduje mi dedo indice junto al corazón y salia casi a chorros mi exquisito manjar el cual no estaba dispuesto a desperdiciar ni una gota, pose mi boca y me dispuse a saborearla, pasaba mi lengua desde su ano hasta su clitoris a tal punto que ella me apretaba la cabeza contra su vagina y sus gemidos hacían que mi erección fuera cada vez mas fuerte, introduje mi nariz, lengua y dedos al mismo tiempo y después de que me pidiera a gritos que la penetrara, procedí a meterle toda mi verga mientras le levantaba las piernas, su cara y sus gestos me lo decían todo, quería verga por montón y yo... pues yo estaba dispuesto y completamente concentrado en cumplir con ese objetivo. Duramos un buen tiempo probando todas las posiciones que se nos ocurrieran a los dos hasta que quedamos exhaustos y tendidos en la cama.
Dormimos un rato pero lo mejor estaba por venir, ella tomo el aceite y estando yo boca abajo empezó a masajearme, la verdad no se en que momento ella poso sus largos dedos de sus manos untados de aceite en mis nalgas, después de acariciarme fue tocando mas y mas hasta llegar al borde de mi ano, luego de varios intentos fallidos y después de pedirme permiso para meter su dedo, accedí a su petición, poco a poco fue introduciendo su dedo corazón en mi ser, fue una sensación muy rica y deliciosa, mi mona me pidió que me volteara y acto seguido me subió las dos piernas, tomo el aceite para aplicar mas sobre mi culo y siguió metiendo su dedo mientras me decía que eso la excitaba mucho, cosa que no fue difícil de comprobar, la sensación era rara pero lo disfrute, sobre todo por el hecho de que esa persona me gusta muchísimo y hay la confianza suficiente para hacer lo que a uno se le venga a la mente, disfrutaba ver como se arrechaba cada vez mas mientras nos decíamos palabras sucias, que ricura me estaba haciendo esa mujer y debo confesar que llego un momento en que yo no quería mas nada si no que ella siguiera metiendo su dedo en mi, me excito mucho y ahora que escribo esta experiencia sexual ya he tenido como dos o tres erecciones de solo recordarlo.
Vivimos en una sociedad machista donde nosotros como varones no aceptamos muchas cosas, el hecho de que digan que se dejo meter el dedo esta como mal visto pero uno debe en materia sexual explorar todo lo que se le ocurra y es difícil encontrar una persona que piense igual que uno, el sexo se vive sin tabú, en la intimidad solo somos dos y quien lo vive es quien lo goza, no por el hecho de haberme dejado meter el dedo en el culo ya soy marica, soy un hombre maduro y sexualmente bien definido por lo que no tengo miedo de experimentar nuevas vivencias en aras de mi plenitud sexual.
Estoy seguro que mi mona va a leer este pequeño relato y solo quiero que sepa que me encanta y que sexualmente a pesar de su corta edad es una de las mujeres que mas me ha atraído y con la que he vivido experiencias únicas y espero poder seguir viviendolas.
Saludos,