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Bueno me pasa esto.  Llevo ya 18 años casado y antes de eso como unos 3 años de novios con mi esposa.    Durante el noviazgo en esa época era difícil el tema de escaparnos para ir a un motel o poder en cualquier momento tirar, la familia de ella vivía encima y pues eran pocas las oportunidades para comérnoslo.      Ya casados pues era más frecuente al inicio, prácticamente al año de casados, quedo embarazada de nuestro primer hijo y casi 4 años después del segundo. Realmente no tuvimos en esa época la oportunidad de explorar nuestra sexualidad, si no era uno de los pelaos acostado en el medio de nosotros, era el otro unos años después, eran las ocupaciones, era el trabajo, era la madrugada, en fin.   Y eso se resumía a un guevito los fines de semana -los sábados- ahí un rapidín de vez en cuando por la mañana, sin hacer ruido y sin desnudarnos completamente, pendiente de no hacer ruido o que cualquiera de los hijos entrara de improviso y sin avisar en la habitación, me entienden?

En una oportunidad, discutimos el tema con mi esposa y sentí en ella que no le dio mucha importancia y dejamos pasar de largo las cosas.     Literalmente estaba como un poco habituado ya a la rutina y simplemente paso.     Aún así que los hijos ya están grandes y vivimos en una casa más grande, no hemos hecho nada por cambiar la “Situación”   Ella, pues de alguna forma se ha deteriorado en su presencia física y siento que no hace nada por encender la llama y atraer mi atención.         Nunca me paso por la cabeza, compensar por fuera de la casa lo que no tenía allí, nada de una amante y mucho menos ponerme a buscar prostitutas o chicas menores como aventura o algo parecido, no había ni tiempo, ni interés en cagarla, ni la oportunidad que es lo real.   Confieso que muchas pero muchas veces me tocaba pajearme para bajarle a la intensidad ya que no estábamos juntos y ahí se me calmaba la arrechera.              Pero Hace 1 año aproximadamente, empecé a viajar con alguna frecuencia fuera de la ciudad y en esos viajes coincidía con una de mis compañeras de área, una mujer ya “veterana” unos, muy pocos años mayor que mi esposa, y siempre muy esmerada en hacerse ver atractiva, llamativa.                   En uno de esos viajes, salimos una noche a cenar y nos contamos unas cuantas verdades -entre ellas de mi parte la que conte arriba- y ella se despacho contándome que su pareja era un hombre mayor que ella unos 10 años y que poco a poco había perdido el interés y con ello la actividad sexual.                Me le insinué entre chiste y chiste y me sorprendió con un “ Y porque no, ojos que no ven corazón que no siente???”      Como? Me dije para entre mi.  Quede sorprendido y le seguí el juego.      No crea a uno, con los años se le olvida hasta pedirlo y como que me contuve con algo de miedo y pena porque no.         Nos fuimos para el hotel, ahí en el ascensor nos reímos un rato de la situación, cada uno a su habitación y como a los 15 minutos de acostarme sonó el teléfono y era ella, me pregunto que si podía pasar a la habitación que estaba en la puerta, abrí y estaba muy ligera de ropa.      Entro y sin que pudiera decir nada me beso y me mando la mano de una por dentro de la ropa interior.  Me pajeo suavemente y   me dice, justo como me lo imagine.   Me pregunto que si había algún problema en lo que estaba haciendo, No podía contestarle, estaba paralizado y solo con ganas de tirar.  Me la lleve para la cama, una veterana bien cuidada, olía delicioso, las tetas medianas un poco escurridas pero con esos pezones derechitos ricos, me quede un rato chupándole esa vagina esponjadita suave olía a rico pero lo que más que mantenía así enfermo era que la viejita se contorneaba y gemía suave y me sostenía la cabeza entre las piernas y con sus manos me sobaba la cabeza de una forma tan excitante.  No se como hizo pero me atrapo mi pene entre sus pies y me empezó a pajear rico.   Luego ya me dijo que me subiera y no se cuantas veces le dimos la vuelta a la cama ni cuanto tiempo duramos.   Fue un polvo largo rico como nunca había tenido.      A veces lo pienso y pienso en ella y pareciera que fuera una de esas “Putas o Prepagos profesionales” , me lo chupo, se hizo encima, de lado, escuadra y me acuerdo y es mas intenso todavía.   Repetimos unas 4 veces hasta que ya físicamente me dolía la base de los testículos y no podía físicamente más, literal no me salía una gota más.     Regresamos a la ciudad y como si nada, pero cuando llegué a la casa creí entender tan pronto vi a mi mujer que se dio cuenta de mi infidelidad.    Esa noche pues ella me busco y como pude ahí respondí normalito.             Pasaban los días y no podía dejar de pensar en mi compañera y lo peor no había oportunidad de hablar con ella de lo que había pasado.       Con mi esposa las cosas seguían normal, pero a mi se me incremento la arrechera y la buscaba con mayor frecuencia, ya no me podía esperar al fin de semana y entre semana uno que otro mañanero no me caía mal.  Pareciera que a ella no le parecía mal y por el contrario nunca se opuso eso facilitaba las cosas.     Por fin como a los 4 meses pudimos hablar con mi compañera nuevamente y claro no dejamos de pasar de largo nuestro asunto.   Ella con pena me dice que cree esta mal que cada uno con su hogar y yo que es difícil pero imposible de evitar pensar en eso una y otra vez.     Acordamos dejarlo para el próximo viaje en que coincidiéramos y ver si se podía repetir nuestra aventura.          Supimos de nuestro próximo viaje con unos 15 días de anticipación, justo “nos tocaba un fin de semana”  Pero el fin de semana anterior justo paso lo que había buscado o evadido hacia muchos años con mi mujer, un encuentro de esos espectaculares , solos ya que los chicos se habían quedado con unos tíos y fue cuando pudimos, después de muchos años dar rienda suelta a nuestra sexualidad.  Hacia mucho pero mucho rato no podía ver a mi mujer totalmente desnuda, fue sensacional.

Y bueno al siguiente fin de semana me toca con la otra, y sin quererlo me puse a compararlas y lo único que encontré es que a mi amiga le sobraba lo “Puta”  que le faltaba a mi mujer.   La pase bueno ese fin de semana tiramos como la primera vez, intenso nuevamente, de eso hace como unos 4 meses, pero todo el tiempo tuve la fijación de comparar el cuerpo de mi mujer con el de ella los gestos y la ternura.   No era un tema de arrechera era un tema de Sexo o hacer el amor. Con mi compañera tenemos claro que es un tema de arrechera y de cubrir una necesidad de la carne.      Con mi mujer hemos repetido faena constantemente y ahí vamos nivelándonos a nuestros deseos y nuestros impulsos.

Les parecerá cursi  mi relato pero al fin y al cabo es una confesión.

Marido Culion Pregunta respondida 7 febrero, 2019