Tenia 16 años y odiaba la escuela. A veces me hacia el enfermo para que mi maestra me dajara ir a casa. Lo hacia tatas veces que mi maestra comeso a sospechar que mentia y me evio a la enfermeria. Desde la ventana del salon me observaba cruzando el patio para asugurarse que no me iba de los predios de la escuela. Desde alli podia verme caminando hasta la enfermeria que quedaba separada del edificio principal. Recuerdo que era una enfermera joven y creo que sabia que me estaba hacia el enfermo. tuve que quitarme la camisa y el pantalon y cuando volvio me dijo «la ropa interior tambien» Recuerdo que me pregunto si me daba verguenza estar desnudo porque se me habia subido el pene. Me lo miraba mientras desenvolvia algo que parecia un pedaso de cera. «Doblate sobre la camilla y separa las piernas. «Esto es lo que le pasa a los chicos que miente» metiendome aquella bolita de cera por el culo hasta detro junto con su dedo, mientras me agarraba el pene con la otra. «Quedate quito» me dijo, que esta ves la pajita te la voy hacer yo. Tenia tanta verguenza de que mis padre lo supieran que deje que me lo frotara hasta venirme por todo el suelo. Asi te quedaras hasta que suene el timbre de salida.
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A mi me daba miedo ir a la escuela porque habia un grupo de chicas que me molestaban porque era timida. Me llamaban la monja porque usaba la falda por debajo las rodillas y me decian que vestida asi no conseguiria novio. Un dia en el pacillo de la escuela me subieron la falda para que los chicos me vieran las braga. Recuerdo que se reian diciendo mira las bragas de abuela que usa, mientras intentaban subierme la falda completa. Yo nunca dije nada porque amenazaron con darme una paliza si decia algo. Yo solo me baje la falda y me fui muerta de la verguenza. Una semana despues crusaba un parque para volvera a casa y las vi setadas en un banco hablado con unos chicos de la escuela y decidi darle la vuelta al parque para evitarlas. Me di cuenta que me habian visto y me escondi en un baño publico. Alli fue donde me desnudaron para y dejaron que los chicos entraran. Recuerdo que les decian si querian ver una monjita escuerada, mientras me sujetaban en el suelo desnuda de cintura para abajo con la blusa abierta y sosten subido hasta el cuello. Fue la peor verguenza de mi vida. Pues con las tetas y el coño a plena vista aquellos chicos lo grabaron todo con sus moviles. Recuerdo que con la blusa tapandome la cara me decia «nadie sabra que eres» y todos se fueron corriendo. Lo ultimo que dijeron fue «si dices algo la proxima ves dejaras de ser virgen.